Pintura Madí de Carmelo Arden Quin |
El
movimiento MADÍ, surgió en Buenos
Aires en 1946. Sus fundadores fueron los artistas uruguayos Carmelo Arden Quin
y Rhod Rothfuss, junto con el artista y poeta húngaro nacionalizado argentino
Gyula Kosice y el escultor argentino-alemán
Martín Blaszko, además de otros artistas
como: Valdo Longo, Juan Bay, Esteban Eitler, Diyi Laañ, Valdo Wellington,
Rodolfo Ian Uricchio, Horacio Faedo.
Aparte
del impulso utópico que lo caracterizó, este movimiento latinoamericano apeló a
la exploración de lo pluridimensional y multidisciplinar (la música, la poesía,
el teatro, la novela, el cuento, la danza, el dibujo, la pintura y la
escultura). Promovió con énfasis la invención, la creación y la re-invención de
los límites de las metodologías de expresión artística, propósito que el poeta
Edgar Bayley resumió de la siguiente manera: "Se trata de defender la imagen, liberada de la necesidad de referirse a
objetos ya existentes y proyectarla sobre el porvenir".
El mismo
Carmelo Arden Quin reconoció que la
palabra "Madí" provenía de las primeras sílabas de las palabras Materialismo Dialéctico, la corriente filosófica marxista-leninista que tanto
estudió este artista. Mientras que otros
afirman que el nombre "Madí"
proviene del lema republicano en la Guerra Civil Española, "Madrí, Madrí, no pasarán". El
término también se considera como un acrónimo de cuatro conceptos artísticos
básicos: Movimiento, Abstracción, Dimensión, Invención.
Sin embargo, el mismo Kosice aclara en un texto sobre la fundación de Madí de
1979, que el término era el producto de un "acto puro de invención" y
que, por lo tanto, no tenía ningún significado particular. De modo similar a lo
que ocurría con el término "Dadá", la palabra "Madí" podía
tener cualquier significado.
A través de
la publicación de los ocho números de la revista Arte Madí Universal,
entre los años 1947 y 1954, puede seguirse su evolución y su vocación por
aventurarse en la invención autónoma y de hacer lugar a lo desconocido, muy
acorde con los proyectos artísticos de la “Ciudad Hidroespacial” de Gyula
Kosice quien auguraba que el hombre del futuro habría de abandonar la tierra
para alcanzar otras dimensiones, y que será una influencia decisiva para un
artista latinoamericano contemporáneo de gran éxito internacional como Tomás
Sarraceno (Tucumán 1973- ) (Cfr. En este blog Tomás Saraceno: arte y arquitectura en el aire ),
Revista Arte Madí Universal |
La ciudad hidroespacial de Gyula Kosice |
En lo plástico,
su propuesta artística basada en la geometría, proclamaba la posibilidad de
pintar estructuras poligonales, planos articulados animados por movimientos
lineales, giratorios o de traslación, para poder superar las restricciones
impuestas por el formato del "marco renacentista" en la pintura (el
cuadro como ventana). Para lograr este propósito se apoyó en una militancia
programática en contra de la representación, y en una toma de distancia
respecto de todo tipo de tradición que consideró romántica, –en particular, del
surrealismo imperante en su momento- lo cual se tradujo en exposiciones,
publicaciones, manifiestos y sobre todo en polémicas que provocaron divisiones
y enfrentamientos con otras posturas artísticas.
Este
movimiento artístico se adelantó al minimalismo de un Frank Stella, y en
general de los principios del "shaped canvas" y el "hard edge" norteamericanos y fue un precursor del Arte cinético
que surgió en Latinoamérica a partir de los años cincuenta con una nueva
generación de artistas que buscaban, retomando los datos de la abstracción
geométrica, introducir nociones dinámicas y temporales (Vasarely, Tomasello,
Soto, Agam, Morellet, Cruz-Diez, entre otros). En los últimos años, se le ha
concedido a Madí un status "legendario", porque también se lo considera precursor de grupos de vanguardias como Fluxus
en Europa y, de hecho, el comienzo de una reacción total contra el arte que se
considera a sí mismo demasiado “sólido” en sus pretensiones, demasiado ansioso
por pasar a formar parte de la gran Historia del Arte.
A continuación
veamos algunos partes del Manifiesto Madí firmado en agosto de 1946 por Carmelo Arden
Quin:
[…]
Resumiendo:
el arte antes de MADI,
Un historicismo escolástico, idealista;
Una concepción irracional;
Una técnica académica;
Una composición unilateral, estática e incoherente;
Una obra carente de hallazgo y esencialidad;
Todo ello servido por una conciencia, paralizada por contradicciones, impermeable a la renovación permanente de método y estilo, única meta segura hacia el Acontecer.
Un historicismo escolástico, idealista;
Una concepción irracional;
Una técnica académica;
Una composición unilateral, estática e incoherente;
Una obra carente de hallazgo y esencialidad;
Todo ello servido por una conciencia, paralizada por contradicciones, impermeable a la renovación permanente de método y estilo, única meta segura hacia el Acontecer.
Contra
todo ello se alza MADI, conformando el deseo fijo, absorbente del hombre
de inventar construir objetos dentro de los valores absolutos de lo eterno;
junto a la humanidad en su lucha por la instauración de una nueva sociedad sin
clases, que libere la energía y domine el espacio y el tiempo, lo mismo que la
materia, en todos los sentidos y hasta sus últimas consecuencias.
Sin
descripciones rigurosas referentes a la totalidad de la organización, no se
puede construir el objeto e integrarlo en el orden universal de la evolución.
Para ello
el concepto de invención se definirá como pasaje, como estallido del deseo y el
de creación como hecho, como esencia dándose, mostrándose eternamente.
Para el
madismo Invención será descubierta, prenoción, la cosa en potencia y Creación
la cosa realizada. MADI Inventa y Crea.
En una
palabra, concretizar el movimiento, sistematizarlo para que el objeto nazca y
delire rodeado de un resplandor imperecedero.
Por
consiguiente,
Se
reconocerá por MADI la organización de elementos propios a cada
disciplina en su continuo, puestos en movimiento,
La presencia del objeto integrado en la esfera de la belleza móvil,
Las zonas sintetizadas del tema, que yo llamo anécdota,
La ludicidad,
La pluralidad.
La presencia del objeto integrado en la esfera de la belleza móvil,
Las zonas sintetizadas del tema, que yo llamo anécdota,
La ludicidad,
La pluralidad.
Son estos
los valores permanentes de la obra mádica.
Queda abolida toda ingerencia de los fenómenos de expresión, representación y significación.
La obra es, no expresa.
La obra es, no representa.
La obra es, no significa.
Queda abolida toda ingerencia de los fenómenos de expresión, representación y significación.
La obra es, no expresa.
La obra es, no representa.
La obra es, no significa.
[…]
Referencias:
Accinelli,
Pablo . “Arte Madí: nostalgia por un futuro que
todavía no llegó”,
Alcaide,
Carmen. “El arte concreto en Argentina. Invencionismo - Madí – Perceptismo”,
Espinosa Vera,
César. (2008),. ARTE MADÍ Y EL CONCEPTO DE "INVENCIÓN" El
abstraccionismo rioplatense, medio siglo (y pico) después