El libro
de Luc Delannoy: Neuroartes, un
laboratorio de ideas, ofrece una introducción a este nuevo planteamiento y
enfoque estético basado en la «neuroestética».[i]
Pretende profundizar — mediante una propuesta transdisciplinaria—, en las bases
biológicas de los procesos creativos y sus relaciones con la salud mental, y de
cómo los primeros pueden influir en los segundos para proporcionar un bienestar
individual y colectivo. Esta influencia se puede entender por medio de la
plasticidad cerebral y sus efectos en la psicología y en el comportamiento
social del individuo.
Con el
planteamiento de «Neuroartes», se busca atravesar las fronteras de las
diferentes disciplinas (filosofía, psicología, neurociencia, neuromusicología,
neuroestética, etcétera), asumiendo que la ciencia sin el pensamiento
filosófico está incompleta. Se trata de abrir puertas, de lanzar preguntas sin
forzosamente plantear respuestas definitivas —esto lo reivindica, señalando que
en la filosofía todo es provisional—. Aspira a dibujar una constelación de
pensamiento por medio de una serie de preguntas y propuestas; de interrogantes
que provoquen, que susciten nuevas reflexiones e inciten a posibles intervenciones
en lo social, tan necesarias hoy en día.
De esta
manera, Neuroartes, se autodefine como un «humanismo biológico», que propugna
por un diálogo abierto entre la filosofía, la psicología, la medicina, el arte y
las ciencias empíricas:
Proponemos el término de Neuroartes para
ilustrar las relaciones entre el cerebro, la mente, el sistema endocrino, el
sistema inmunológico, los sistemas nerviosos (central, periférico, voluntario,
autónomo), el cuerpo, las expresiones artísticas y los mundos que
estructuramos/construimos y nuestras creaciones. (Delannoy, 2015, p.15)
La idea es estructurar y unificar diversos conocimientos planteados por diversas disciplinas que aborden la dimensión estética y la percepción. Asumiendo la estética, por un lado, tal como la concibió su fundador Alexander Baumgarten en el s. XVIII, es decir, en términos de una teoría de la sensibilidad que se encarga de estudiar las experiencias sensoriales y perceptivas. Pero —a la vez—, como una propuesta que permite entender los posibles sustratos biológicos de nuestras experiencias estéticas. Parte del principio de que la realidad es una estructura mental (constructivismo). Y aunque posee un fuerte componente científico, no excluye el enfoque humanista.
Por: Rodolfo Wenger
C.
Referencias
Delannoy,
L. (2015). Neuroartes, un laboratorio de
ideas. Santiago de Chile: Metales pesados.
Instituto de Neuroartes. Sitio web: https://www.neuroartes.com/
[i] El
término «neuroestética», fue acuñado, como tal, en los años noventa del siglo
pasado por el neurocientífico Semir Zeki del University College de Londres. Y
es concebida como una disciplina descriptiva y experimental, que se basa en
observaciones y experimentos cualitativos y cuantitativos, cuyo diseño e
implementación están destinados a avanzar en nuestra comprensión de cómo los
seres humanos procesamos la belleza y el arte.