Aquello que se ve, aquello que es visible, entra en relación fundamental con aquello que no se ve, con aquello que es invisible. "Toda época ve lo que puede ver" nos decía en tono enfático Michel Foucault (1926-1984), al referirse a los regímenes de visibilidad, a aquellas condiciones que "abren la visibilidad" y gracias a las cuales una "formación histórica da a ver todo lo que puede ver".
Michel Foucault (1926-1984) |
Para este filósofo, el saber se articula a partir de dos componentes: la visibilidad y la decibilidad. Se trata en el primer caso de maneras de ver y en el segundo de maneras de decir que caracterizan a todo momento histórico. Y aunque es posible que la imagen también pueda incorporar al concepto aportándole el componente estético, sensible, existiría una irreductibilidad, una incapacidad de traducir enteramente lo visible a lo decible, y viceversa. En el caso de la pintura, Foucault nos dice:
"(…) la relación del lenguaje con la pintura es una relación infinita. No porque la palabra sea imperfecta y, frente a lo visible, tenga un déficit que se empeñe en vano por recuperar. Son irreductibles uno a otra: por bien que se diga lo que se ha visto, lo visto no reside jamás en lo que se dice, y por bien que se quiera hacer ver, por medio de imágenes, de metáforas, de comparaciones, lo que se está diciendo, el lugar en el que ellas resplandecen no es el que despliega la vista sino el que definen las sucesiones de la sintaxis". (FOUCAULT, Michel. Las palabras y las cosas. México: Siglo XXI, 1968. p. 19) (Las negrillas son nuestras).
Estas afirmaciones tienen su origen en la concepción kantiana sobre las dos facultades que intervienen en la producción del conocimiento: el entendimiento como determinación conceptual y la sensibilidad como determinación espacio-temporal.
Recordemos los postulados de Kant (1724-1804) al respecto y que han sido determinantes en la historia del pensamiento occidental: la sensibilidad es la facultad por medio de la cual los objetos no son dados y el entendimiento es la facultad por medio de la cual pensamos estos objetos y los relacionamos con otros conceptos. Se trata de dos facultades de distinta naturaleza:
• La sensibilidad es receptiva, es la forma por medio de la cual se dan en nosotros datos o elementos referenciales, bajo la condición formal del espacio y el tiempo. El espacio y el tiempo son la forma de lo dado, por lo tanto, todo dato de la experiencia es espacio-temporal.
• Por su lado, el entendimiento es la forma por medio de la cual se ejerce la espontaneidad del “Yo pienso", siendo que todo conocimiento conceptual depende de esta actividad espontánea del yo pienso, porque gracias a los conceptos se pueden poner unos en relación con otros permitiendo así la deducción de conclusiones de carácter general.
La sensibilidad y el entendimiento, estructuran dos ejes:
- el estético-intuitivo que despierta la sensibilidad por medio de las imágenes sensibles (visuales, sonoras, táctiles, etc.); y,
- el lógico-discursivo que dirige el entendimiento por medio de los conceptos.
"La claridad estético-intuitiva se obtiene despertando la sensibilidad por medio de la riqueza de las imágenes, mientras que la claridad lógico-discursiva se obtiene dirigiendo el entendimiento por medio de la claridad de los conceptos". (Esta cita de Kant y algunas ideas claves de la relación entre visibilidad y decibilidad las tomamos de GARAVITO, Edgar. "Las visibilidades en el discurso", en: Revista Politeía. No 14. Foucault, Deleuze, ,.poder, cuerpo, deseo, encierro. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1994).
Según esto, la visibilidad sólo se puede explicar por un espacio y un tiempo, los cuales no son considerados en una dimensión trascendental, por fuera de toda experiencia, sino que por el contrario se trata de problematizaciones, son formas problemáticas, en el sentido de que cada época posee su espacio y su tiempo propios, que la caracterizan en cuanto abren un campo de visibilidad, distribuyen lo que se ve y lo que no se ve, porque ponen en una determinada relación al sujeto que ve y al objeto que es visto.
Pensar lo visible implica detectar un nivel de problematización y de diagnóstico sobre las condiciones que determinan las maneras como se manifiesta la visibilidad de un determinado campo socio-histórico, a la vez, el pensar también puede surgir cuando nos colocarnos en el intersticio o en la disyunción entre el ver y el hablar:
"Pensar es inventar cada vez el entrelazamiento, lanzar cada vez una flecha desde uno mismo al blanco que es el otro, hacer que brille un rayo de luz en las palabras, hacer que se oiga un grito en las cosas visibles. Pensar es lograr que ver alcance su propio límite, y hablar el suyo, de tal manera que los dos sean el límite común que al separarlos los pone en relación". (DELEUZE, Gilles. Foucault. Barcelona: Paidós, 1987. pp. 151.-152). (Las negrillas son nuestras).
Por: Rodolfo Wenger C.