![]() |
Marcel Duchamp (1887-1968) |
Marcel Duchamp (1887-1968) en sus manuscritos de 1914, concibe el acto artístico como un acto evanescente y material a la vez que permite configurar una ‘topología’ física de lo contingente, de lo infraleve. Se trata de estos frágiles acontecimientos extraídos de la experiencia cotidiana que se definen con nitidez por los infraleves mismos.
Son infraleves para Duchamp:
- El calor de un asiento que se acaba de dejar,
- El sabor del humo que queda en la boca al fumar,
- El sonido del roce de los pantalones al caminar,
- Las puertas del metro, cuando alguien pasa en el último momento,
- Las caricias,
- El aire de París en una gota de cristal,
- Un dibujo al vapor de agua,
- El aliento vital sobre superficies pulidas, vidrio, espejo, piano...
así va creciendo una progresión finita e infinita de casos. “Estos frágiles acontecimientos extraídos de la contemplación de la vida cotidiana son señalados por Duchamp como la verdadera materia del arte, como un jabón que resbala, un rayo de sol cortando el humo, algo indeterminado y específico a la vez, como la vida misma” (Barreda, 2005: 343).
- El calor de un asiento que se acaba de dejar,
- El sabor del humo que queda en la boca al fumar,
- El sonido del roce de los pantalones al caminar,
- Las puertas del metro, cuando alguien pasa en el último momento,
- Las caricias,
- El aire de París en una gota de cristal,
- Un dibujo al vapor de agua,
- El aliento vital sobre superficies pulidas, vidrio, espejo, piano...
así va creciendo una progresión finita e infinita de casos. “Estos frágiles acontecimientos extraídos de la contemplación de la vida cotidiana son señalados por Duchamp como la verdadera materia del arte, como un jabón que resbala, un rayo de sol cortando el humo, algo indeterminado y específico a la vez, como la vida misma” (Barreda, 2005: 343).
Mientras Duchamp estaba en París en 1919, pensó en llevar un regalo a Walter Arensberg en California, por lo cual fue a una farmacia y pidió una ampolla de vidrio que se convirtió en otro de sus precursores readymades: 50 cc del aire de París.
En la nota del Transformador Duchamp señala lo siguiente:
Utilización de un aparato para coleccionar y para transformar todas las pequeñas manifestaciones externas de energía (en exceso o desperdiciadas) del hombre, como por ejemplo: el exceso de presión sobre un interruptor eléctrico, la exhalación del humo del tabaco, el crecimiento del cabello y de las uñas, la caída de la orina y de la mierda, los movimientos impulsivos del miedo, de asombro, la risa, la caída de las lágrimas, los gestos demostrativos de las manos, las miradas duras, los brazos que cuelgan a lo largo del cuerpo, el estiramiento, la expectoración corriente o de sangre, los vómitos, la eyaculación, el estornudo, el remolino o pelo rebelde, el ruido al sonarse, el ronquido, los tics, los desmayos, ira, silbido, bostezos. (Ramírez, 1993).
Lo infraleve puede estar conectado a lo visual, a lo olfativo o incluso a lo táctil, puede ser un movimiento, una mirada, el paso previo a una acción, un deterioro, o la suma de todos ellos. En la obra Aire de París (1919), el aire en sí, lo atmosférico habla por sí mismo de lo infraleve, pero esta idea se ve subrayada también por su fragilidad (visual y material) y su transparencia.
![]() |
Marcel Duchamp, Aire de París, 1919. |
La transparencia como interpretación visual de lo infrafino está presente de nuevo en La desposada desnudada por sus solteros, incluso o El gran cristal (1915-1923). La elección del cristal como soporte se encuentra en relación con sus propiedades ópticas y también con la luz, el color y la materia, en conjunto remite a toda nuestra capacidad sensorial.
![]() |
Marcel Duchamp, La desposada desnudada por sus solteros, incluso o El gran cristal (1915-1923). |
En Rueda de bicicleta (1913) se necesita de la intervención del espectador para que se produzca el movimiento, de manera que los radios conformarán una imagen diferente ante nuestra mirada. Es decir, es así como se da de nuevo lo 'infraleve visible' en un 'artefacto erotizado'.
Lo cual podría ser una forma 'estética' de ver los aportes conceptuales de Duchamp al arte contemporáneo.
![]() |
Marcel Duchamp, Rueda de bicicleta (1913). |
Referencias
Barreda, Fabiana (2005). “Género y representación: prácticas y políticas de la diferencia”, en Jiménez, José (2011). Una teoría del arte desde América Latina. MEIAC/Turner. pp. 326-344.
Ramírez, Juan Antonio (1993). Duchamp: El Amor y la Muerte, incluso. Madrid: Siruela.
Rivera, Sara. “Marcel Duchamp: El silencio”. http://www.babab.com/no09/marcel_duchamp.htm