Sigmund Freud (1856-1939). |
El
concepto de "lo extraño inquietante" que Freud (1856-1939) desarrolla
en su artículo titulado Lo siniestro
de 1919, ya había sido abordado por Friedrich Schelling (1775-1854), el
filósofo alemán del romanticismo, quien definió esta noción de "extrañeza
inquietante" (en alemán unheimlich)
como "lo que debía de haber quedado
oculto, secreto, pero que se ha manifestado".
En
alemán la palabra unheimlich es antónima
de heimlich. Pero el término heimlich no tiene un sentido único, dice
Freud, sino que pertenece a dos grupos de representaciones bastante alejadas
entre sí. Un primer sentido designa algo que es familiar, íntimo, amable; un
segundo sentido, sin embargo, designa lo que se refiere a lo secreto, lo
oculto, lo impenetrable. Este último significado llevado más lejos, designa
también algo más que lo oculto, se refiere a lo ocultado, lo escondido, lo
peligroso. El sentido evoluciona de este modo hacia su antónimo y casi se
confunde con él. Pero unheimlich o
nuestro concepto de "lo siniestro" es una voz más compleja, porque designa
con sutileza un conjunto de antónimos que se unen en una sola representación.
Esto es, lo familiar, lo íntimo y lo amable transformado en su contrario, lo
inquietante que es -a su vez- lo secreto, lo oculto o escondido, que deja de
ser tal, al ser develado.
Entonces,
el concepto de unheimlich según
Schelling es algo que se manifiesta cuando debería permanecer oculto y que
muestra la otra cara de lo familiar, de lo amable, volviendo estas vivencias
siniestras, sorpresivas, inquietantes, sobrecogedoras.
Friedrich Schelling (1775-1854). |
En
lo extraño inquietante, el juego dialéctico de lo familiar y de lo extraño, por
el hecho de que está concentrado en el mismo objeto (familiar y extraño a la
vez, escondido y desocultado, a la vez), se complica extraordinariamente. Lo
paradójico consiste en que la fuente de pavor no es lo extraño en su oposición
inmediata a lo familiar, sino que más bien es lo que antes era familiar que emerge
bajo un aspecto amenazante, peligroso, siniestro y que a su vez se refiere a
algo conocido desde siempre que ha estado oculto, en la sombra. "Todo lo
que debería permanecer secreto, pero que se manifiesta", como dice
Schelling. Esta manifestación hace coincidir en el seno del objeto a la vez
presente y ausente, el acto de olvidar y el acto de rememorar.
El
filósofo español Eugenio Trías en su libro: Lo
bello y lo siniestro, se refiere a una tríada de categorías estéticas, lo
bello, lo sublime y lo siniestro, afirmando que en toda obra de arte han estar
presente las tres, en una compleja e intrincada dialéctica.
Trías
coloca como ejemplo el famoso cuadro de Sandro Botticelli El nacimiento de Venus (1484) paradigma de la belleza y del arte
renacentista. En este cuadro pintado al temple sobre lienzo y que se encuentra
en la Galería Uffizi en Florencia, Italia, se representa el momento del
nacimiento de la diosa, y más específicamente, la llegada de Venus, sobre una
concha, a la playa de una de las islas que tradicionalmente se le dedican, como
Chipre, Pafos o Citerea. En él se muestra la manera como la diosa es empujada
por el soplo de los dioses alados, entre una lluvia de flores, pero quizás por
esto se le oculta al espectador una verdad terrible y es que -según cuenta la
leyenda- Venus o Afrodita para los griegos, la diosa del amor, nació de los
genitales del dios Urano, el dios griego que personifica el cielo, cortados por
su hijo Chronos, o Saturno en la mitología romana, y luego arrojados al mar. Este sería el lado “siniestro” del cuadro
que es ocultado por la belleza de lo visible en la composición pictórica de
Botticelli, pero que existe como sustrato terrible y latente de lo que vemos.
Sandro Botticelli, El nacimiento de Venus (1484). |
Otro
ejemplo que utiliza Trías es el de la película Vértigo de Hitchcock y que está magníficamente expuesto en su libro:
Vértigo y pasión: un ensayo sobre la película Vértigo de Alfred Hitchcock;
y el cine de David Lynch (n. en Missoula, Montana, EUA en 1946).
Afiche de la película Terciopelo azul (Blue velvet), 1986, de David Lynch |
Podríamos
decir que toda la filmografía de Lynch tiene una dimensión siniestra que le da
su fuerza enigmática, surrealista e inquietante. Una muestra muy contundente de
ello sería su película Terciopelo azul (Blue velvet), 1986, en donde se aborda la
historia de un joven universitario (Kyle MacLachlan) que descubre el lado
oscuro de una pequeña ciudad, al investigar la procedencia de una oreja cortada
que encontró por casualidad en el césped en el transcurso de un paseo cotidiano.
Veamos para terminar un extracto del comienzo del filme Terciopelo azul de David Lynch:
Veamos para terminar un extracto del comienzo del filme Terciopelo azul de David Lynch:
Por: Rodolfo Wenger C.
Referencias:
FREUD,
Sigmund (1973). Lo siniestro, trad.
de Ludovico Rosenthal. Buenos Aires:
Ediciones Noé.
TRÍAS,
Eugenio. (1992) Lo Bello y lo Siniestro.
Barcelona: Ariel.
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(1998). Vértigo y pasión: un ensayo
sobre la película Vértigo de Alfred
Hitchcock. Madrid: Santillana S.A Taurus.